INTRODUCCIÓN
* El objetivo de este trabajo es analizar todas
las manifestaciones de lenguaje no verbal que aparecen a lo largo de la
lectura, en el libro de Javier Tomeo, Amado
monstruo.
* El libro narra la historia de un
joven que pretende trabajar como vigilante en un banco. La historia se
desarrolla a lo largo de una entrevista a la que es sometido para determinar su
aptitud para el puesto de trabajo. Básicamente, es una escusa para narrar la vida
personal de los dos personajes, entrevistado y entrevistador, una historia en
la que aparecen frecuentes puntos en común. Hace falta llegar prácticamente al
final de la lectura, para descubrir el por qué del título de la obra: el
personaje tiene seis dedos en cada
mano, El término “amado” resume la especial relación de Juan, el joven
aspirante a vigilante, con su Madre.
LENGUAJE NO VERBAL
Dar la mano - saludar
Reforzando una
sonrisa – intento de cordialidad
Arquea las cejas - Duda, preocupación
Sacude la cabeza - contrariedad
Me encojo de hombros - desconocimiento
Sonreír - alegría
Respiro a fondo – tomo fuerza
A punto de romper la
carta
Se la quité de las
manos
Derrumbada en su
sillón - abatimiento
Boqueando - atropello
Frunce el entrecejo - sorpresa
Una sonrisa
Krugger levanta el
índice - advertencia
Se queda con la
mirada absorta - ensimismamiento
Krugger me escucha
sin apartar la mirada – con atención
Con una sonrisa
Me cogió de la mano - cercanía
Retiré mi mano - distanciamiento
Traza con la mano
que sostiene un cigarrillo un ademán indefinido – recuerda que el
también tuvo su tren eléctrico
Se pasa la mano por
la frente, suspira - agotamiento
Recoge las piernas – para ofrecer un aire más profesional
Se quita el
cigarrillo de los labios y me mira a los ojos – quiere saber si
le gusta la música
Expresión expectante - esperando la respuesta
La música me pone los pelos de punta – en ocasiones le parece políticamente sospechosa, pues sugiere mundos utópicos e induce a la molicie
Con los ojos muy abiertos – vigilar
Mirándome a los ojos - concentración
Levanto las cejas – para preguntar con curiosidad
Sacude luego la
cabeza – sigue sin entender la obsesión que tienen las
mujeres por soñar a sus hijos
Sonrisa melancólica
Mirada compasiva - siente Krugger por él
al tener una madre tan egoísta
Me aflojo el lazo de
la corbata - comodidad
Asiento con un
movimiento de cabeza - afirmo
Se encerró en su
habitación
Ojos llorosos - tristeza
Ademán de escupir - desprecio
Escucharme con una
mirada inexpresiva
Me fui a dormir sin
darle un beso en la frente - enfado
Escucha ahora sin
mover un músculo - inexpresivo
Moviendo
ostensiblemente los labios – gesticulando
Con aire inquieto
Aparté el plato
La envolví con
mirada paciente
Se acerca a la
ventana
Los brazos cruzados
y sin probar los macarrones - rechazo
Me enfrasqué en la
lectura - concentración
Sonríe en silencio
Un aire cada vez más
sibilino – retorcido
Sacude varias veces
la cabeza - disconformidad
Brillante mirada - intensa
Suspira
profundamente – se carga de paciencia
Soltó una risotada
Puse mi vaso boca
abajo - rechazo
Lo bebió de un trago - decisión
Resopló - harto
Sonríe
Su expresión, ahora,
es la de un hombre que está escuchando una historia divertida
Me mira en derechura
a los ojos – preocupado por alguna idea que
se le ha ocurrido de pronto
Krugger niega con
solemnes movimientos de cabeza
Expresión afable - amistosa
Enarbolando la
libreta – levantándola, exhibiéndola
La oprime dulcemente
contra su pecho - cariño
Sorpresa en mi
expresión
Prende fuego con
mano temblorosa - inseguridad
Estado de profundo
abatimiento - desesperanza
Expresión resignada
Se irguió – se levantó
Apretó los dientes - fuerza
Me lanzó una mirada
que me hizo retroceder - amenazante
Expresión divertida
Krugger pierde la
sonrisa
Me escucha en
silencio
Cabeza ligeramente
ladeada
Me apuntó con el
índice entre ceja y ceja – me señaló
Entrecerró los
párpados – para dar más intensidad a su
mirada
Krugger vuelve a
sonreír
Sonrisa indulgente – indica perdón
Se queda en silencio
Barbilla clavada en
el pecho - humillación
Mirada puesta en el
cenicero -
como si estuviesen en forma de ceniza los mejores recuerdos de su vida
Me mira con envidia
Sacude la cabeza – doliéndose de que las cosas sean como son y no como deberían
ser
Volviendo la mirada
hacia la ventana
Me despierto
sobresaltado
Vuelve a quedarse
callado
Llorar la alegría
Señalándome con el
índice
Levanta las cejas - atención
Adelanta el labio
inferior - preocupación
Regresa la mirada a
la ventana – se desentiende
Secándose los ojos – dando a entender que había estado llorando
Se me quedó mirando
fijamente – esperando que dijese alguna
cosa que le consolara
Empezó a lloriquear
Dejó caer su
pañuelito de seda al suelo – dándole la oportunidad de que,
al recogérselo, le dijese también alguna cosa.
No moví ni un dedo - inmóvil
Continúe sentado con
una pierna por encima de la otra - pasividad
Redobló entonces los
lloros – aumenta su enfado
Me detuvo con un
gesto
Mirada vidriosa
perdida en el aire - mortecina
Mirada fija
Boca entreabierta – como dándoselas de muerta
Cabeza tapada con la
manta – no quiso seguir escuchándole
Brazos cruzados - pasividad
Mirada fija a los
labios - atención
Mirada puesta en el
suelo - humillación
Sacudir la cabeza - negar
Brazos cruzados - pasividad
Sonrisa pálida – melancolía
Mirada pedida en el
aire - ausente
Respingo – sobresalto
Mirada animada
Mirada temerosa
Mover la cabeza – duda, disgusto
Se pasa la mano por
la frente y suspira - preocupación
Mirada ausente - perdida
Índice apoyado en el
entrecejo - concentración
Ojos entornados
Mirada agradecida
Asentir con la
cabeza
Movimientos
espasmódicos – falta de control
Chasquea la lengua - disgusto
Sonrisa indulgente – de perdón
Asentir con la
cabeza - afirmar
Guiñar un ojo - complicidad
Mirada desafiante - provocadora
Mirada severa - rigurosa
Morderme la lengua - callarme
Fruncir los labios - meditar
Mirada a los ojos - directa
Enrojecer - ruborizarse
Desviar la mirada - huir
Mover la cabeza de
izquierda a derecha – negar
Alzar la frente - orgullo
Levantar un poco más
la cabeza – mayor seguridad
Humillar la mirada - rendición
Carraspear - aclararse la voz
Acariciar el
teléfono – turbación interior
Mirada circular – observa el entorno
Fruncir el entrecejo - extrañeza
Beso en la frente – afecto y cariño
Mirada al techo – actitud pensativa
Alargar la mano - invitación
Besar la mano - saludo
Saludar al estilo
militar - sumisión
Fruncir el entrecejo - extrañeza
Asentir con la
cabeza - afirmar
Alegrar el semblante – poner buena cara
Sacudir la cabeza - contrariedad
Aires de suficiencia - prepotencia
Erguido - estirado
Manos unidas - entrelazadas
Mirada directa a la
cara
Aire de reina - altiva
Sonrisa leve
Brazos cruzados - rechazo
Negar con la cabeza
Comisuras de los
labios curvadas - sorpresa
Levantar la mano
derecha – reforzar las palabras
Sonrisa lejana y
misteriosa – adelantando el labio inferior
Lágrimas - tristeza
Boquita de piñón - dulzura
Mirada grave a los
ojos – desafío/intimidación
Asentir con la
cabeza - afirmar
Aire de no haber
roto nunca un plato – inocencia
Morder los labios - callar
Mirada larga
Sonrisa altiva y
distante
Mirada al suelo – humillación
Extender los brazos
al frente – protección
Tiemblan las pupilas - inseguridad
Encogerse de hombros - desentenderse
Enarcar las cejas - sorpresa
Mano temblorosa – miedo/inseguridad
Índice en los labios – silencio
Mirada iluminada - esperanza
Sollozos amargos - tristeza profunda
Sin temblar el pulso - firmeza
Mirada profunda
Mirada divertida
Mirada orgullosa
Mirada patética
Mirada de indignación
Sonrisa triste
Mirada brillante
Expresión perpleja - sorpresa
Rechazo con las
manos
Mano derecha a la
frente - meditación
Batí palmas – aplaudir
Encoger los hombros – desinhibirse
Fruncir el entrecejo – preocupación
Palidecer - asustarse
Mirada atónita - incredulidad
Señalar con el
índice - indicar
Ojos de hielo - frialdad
Palmas sobre el
escritorio – dar por finalizado
Se pone en pie - despedida
PERSONAJES
Krugger: Es el jefe del banco y el
entrevistador. Tiene ojos azul porcelana, pelo de paja, mejillas sonrosadas y
nariz afilada. Es un hombre muy fumador que le gusta leer poesía y cocinar.
Tiene un trauma infantil, pues de pequeño mató accidentalmente a su madre.
Juan: Es un hombre de 30 años que busca
trabajo como vigilante del banco. Vive con su madre, una mujer un tanto egoísta
que no le deja trabajar como vigilante. Tiene seis dedos en cada mano y no hizo
la mili. Le gusta mucho leer y la música.
CONCLUSIÓN Y
OPINIÓN
* En conclusión, la riqueza de expresiones no verbales que se
contienen en el texto permite una representación visual a través de su lectura.
Precisamente por ello, el lector se introduce con rapidez en la historia, lo
que ha dificultado extraordinariamente este trabajo, puesto que en cuanto se leía
una página, era difícil distinguir entre un lenguaje y otro.
* Este libro es muy rápido de leer y es entretenido. Me ha
resultado extraño que las conversaciones no estuvieran iniciadas por guiones y
que los capítulos no tuvieran títulos. Toda la obra habla de tan solo lo
transcurrido en dos días. Me gustan las conversaciones que mantienen los dos
personajes principales y el lenguaje correcto y culto que utilizan. No me gusta
el final, pues Juan merecía el puesto de trabajo y no es justo impedirle de un
trabajo por una discapacidad como la suya, de poseer seis dedos en cada mano.
Además de que le hubiera demostrado a su madre su propia valía y no tener que
depender de ella.